Cuenta una leyenda, muy muy alejada de nuestros días, donde no existían las carreteras, los coches, las centrales eólicas, y ni siquiera los edificios modernos de hoy en día, que en un pueblo, no muy lejano del Sistema Central, seguramente cercano a Madrid, llamado de un nombre, que solo será revelado al final del relato, hubo unas cuantas casas, entre ocho y diez casas, en las que dos de ellas estaban abandonadas y una de ellas en ruina, todas en circulo, cuyo centro era una fuente, una especie de manantial rural. Solo habían cinco casas habitadas, la primera, estaba habitada por la pareja más mayor del pueblo; la segunda, estaba habitada por el típico leñador fornido y gruñón; la tercera, estaba habitada por un monje, un tanto sabio, que ayudaba a los vecinos a realizar sus tareas; la cuarta, estaba habitada por un matrimonio joven, pero que por razones hereditarias, no podían tener hijos; y la quinta y última casa, estaba habitada por tres pequeños seres endemoniados, llenos de risa, energía y travesura, eran tres niños, tres hermanos, que se habían quedado huérfanos, sus padres fueron arrestados por los altos cargos de la ley, tan solo por expresar sus opiniones ante un poder superior al suyo.
Estos tres hermanos, eran a la vez, la alegría y la pena del pueblo, ya que siempre estaban trasteando de aquí para allá, y ya que siempre estaban causando problemas a los demás vecinos, y rompiendo cosas.
La cuarta casa, el matrimonio joven, algunas veces se encargaban de cuidar de estas pequeñas sabandijas, ya que anhelaban ser padres alguna vez, pero lo que deseaban era imposible.
Un día, como otro cualquiera, cercano a verano, exactamente próximo a Julio, a las 9: 00 de la mañana, en la quinta casa, un ruido bastante extraño surgió de las paredes y del suelo. Los tres hermanos, cada uno más pequeño que el anterior, se despertaron al mismo tiempo, sobresaltados y apunto de gritar, se habían asustado. El origen de ese ruido, no era nada más que el viento, que corría alrededor de esa casa, con un aire de misterio.
Los tres pequeños, no tenían nombres completos... el primero, el más mayor, se llamaría ' M ', el segundo, el mediano, se llamaría ' C ', y el último y el más pequeño, se llamaría ' S '.
Esa misma mañana, la del susto producido por el viento, los tres hermanos salieron como no, a jugar a la calle en la playa central del pueblo. Allí gritaban, saltaban, corrían y huían de si mismos, por las apariencias, se lo estaban pasando muy bien en esa plaza.
De repente, de la cuarta casa, salió la pareja joven, extrañamente los dos, tanto el hombre como la mujer, tenían los ojos hundidos, morados y con un aspecto bastante tierno, por las apariencias, podrían haber estado llorando. Esta pareja les hace la comida a los hermanos, ya que al menos podrían explotar su sentimiento paternal con ellos de un modo no tan eficaz como si tuviesen un hijo.
En la segunda casa, la del leñador, no había nadie, este hombre siempre suele madrugar muchísimo, a cortar árboles y a conseguir comida. En el pueblo, cada uno de los vecinos se encargaban de una opción distinta: la pareja joven se encargaba de cuidar a los tres hermanos, el leñador tenía como trabajo traer madera para las casas y el fuego y además, conseguir comida para el pueblo y el monje, realizaba las tareas de la cristiandad, aparte de ayudar a los vecinos en cualquier problema que tuviesen, la verdad, envidio ese pueblo, todos se ayudan los unos a los otros, y no como ahora, que no hay ayuda mutua y solo importa la competición.
Tras comer, los hermanos decidieron por pito pito gorgorito un tanto peculiar, más tarde llamado por voto popular, y por último llamado Democracia, ir al bosque, en busca de aventuras, riesgos y alguna que otra piedra para añadir a la colección que tenían en su casa.
' C ' que era el más inteligente y a la vez el más travieso de los tres, decidió jugar al juego del ' salta-tortugas ', lo que conocemos como lo de que en un río, hay piedras que sobresalen, y para pasar a través de él, había que saltar encima de cada una de las rocas que sobresalían, pues bien, este retó a sus hermanos para cruzar el río.
' S ' no estaba muy convencido de la decisión de su hermano, aunque era muy pequeño, el bosque que había más adelante no le daba muy buena impresión, al contrario, le daba algo de miedo, allí la luz nunca tocaba la tierra, los árboles crecían demasiado, los animales se escondían entre la vegetación y se oían ruidos muy extraños al pasar por un sitio llamado ' La zona de la verdad ', aunque claro, todo niño tiene intriga y curiosidad por ese tipo de cosas, ' S ' resultaba ser más precavido que los demás, ya que era él el que corría un mayor riesgo a sufrir algún daño.
' M ' siguió la decisión de su hermano mediano, y como eran como los tres mosqueteros, '' todos para uno y uno para todos '', este decidió cargar con su hermano con la espalda, ya que él era el más fuerte de los tres hermanos.
Concluida la discusión, el desenlace fue el esperado, los hermanos cruzaron el río, era la primera vez que lo hacían. Empezaron a andar sin rumbo ni dirección, no sabían que camino coger, porque en un momento del camino, había dos caminos, dos ramas separadas, con señales distintas, cada una destacaba un lugar y un nombre distinto. La señal de la derecha decía ' Carpe Diem ' señalando un lugar alejado, pero con mayor iluminación al anterior camino recorrido, sin embargo, el de la izquierda decía ' Verum Zona '. Los tres hermanos se quedaron en el centro de la separación del camino, y pensaron en qué camino coger para seguir con la aventura.
Ninguno sabía que camino coger, por lo que lo echaron a pares y nones, si salía número par, irían por el camino derecho, si salía impar, irían por el camino izquierdo.
Empezó la cuenta atrás, y cada uno sacó un número, sabían contar muy bien, el monje les había enseñado a leer, escribir, sumar y restar.
Salió impar, diecisiete para ser exactos, por lo que, tras el resultado, siguieron el camino de la izquierda.
' S ' estaba ya muy cansado, habían andado durante horas y horas, y el pobre no podía más, pedía insistentemente agua y comida, y principalmente, la hora que era, porque pensaba que era ya la hora de volver a casa. Los dos hermanos ignoraron las súplicas del más pequeño, y continuaron andando sin parar.
Habían pasado horas, desde que empezaron a andar, ya no veían camino, y si volvían atrás, corrían el peligro de perderse, en definitiva, estaban solos y desorientados en el bosque oscuro.
Sin remedio, continuaron andando, y con sorpresa, vieron una casa, un tanto vieja, pero al fin y al cabo era una casa, sacaron fuerzas de donde no tenían y corrieron hacia ella.
A la derecha de la casa, un cartel avisaba de algo : '' Iuqne etrne ne tesa csaa, igmosa ránmoi. '', los hermanos sorprendidos por el extraño lenguaje de esta casa, decidieron correr el riesgo y entrar, y exactamente, entraron.
Su interior era el contraste perfecto al exterior, estaba muy bien hecha, con grandes tablas de madera y camas blandas y cómodas, era tarde ya, por lo que los tres cayeron rendidos y durmieron plácidamente en esas camas.
Durante la noche, ' S ' tuvo un sueño un tanto raro, estaba el solo, sin sus hermanos, y de repente, una sombra aparece delante de él, avisándole de que ha sido un error haber entrado en esa casa, y algo malo pasará a una de las personas que más le importan a él, era una especie de maldición. El pequeño se levantó sudando, gritando y llorando, despertando bruscamente a sus otros hermanos.
Lo consuelan, y de repente vieron, que estaban en su casa... todos a la vez se preguntaron ' ¿¡ Cómo ?! ', inexplicablemente regresaron a su casa, y extrañados, salieron a la calle.
En la plaza, no había nadie, estaba desierta, y la fuente del centro, echaba poquísima agua.
Fueron a la casa del leñador, pero este no se encontraba en el interior, fueron a la casa del monje, y vieron que estaba desayunando, y que por lo visto, se levantó rápidamente y salió corriendo hacia la dirección de la cuarta casa, la del matrimonio joven.
Llegaron a la casa, y por sorpresa, el monje y el leñador se encontraban allí, hablando con el marido, y en un momento, observaron que la mujer estaba tumbada en la cama, sudando, llorando y sodomizando...
El marido pronunció la historia delante de todos... el leñador empezó a golpearlo todo por culpa de una rabia que le reconcomía, el monje y los tres hermanos, empezar a llorar, pero ' S ' lloró el que más, y dijo que ellos tres tenían la culpa de lo que le pasaba a la mujer, todos se quedaron impresionados a tal declaración, y entonces ' S ' les contó a todos, incluyendo a sus hermanos, el sueño que tuvo anoche.
Tras contarlo, ' M ' sacó un papel en el cuál estaban escritas las palabras extrañas en el cartel al lado de la casa, se lo pasó al monje:
' Iuqne etrne ne tesa csaa, igmosa ránmoi ' ---> ' Quien entre en esta casa, amigo morirá '
Tras descifrar el mensaje, los tres hermanos se miraron asustados, y salieron corriendo hacia la dirección de la casa. Tras llegar a la separación del camino, observaron que el camino izquierdo llevaba a ' La zona de la verdad ', ahora sí que estaban realmente asustados, pero decidieron intentar salvar a su ' madre '.
Llegando a la casa, los tres, repentinamente se caen al suelo, tienen que entrar arrastrándose por el suelo, ya no les quedaban fuerzas.
En el interior, todo había cambiado, todo era tenebroso y lúgubre. De repente, alguien cierra la puerta, con ellos dentro, entonces... una voz empieza a sonar....
' Vosotros que habéis incumplido la norma de la casa, y ahora venís buscando una solución, yo soy el que puede dárosla, pero a cambio, tendréis que darme vosotros algo a mí, para equilibrar el daño causado, y además puedo añadir una petición más, pero no del todo correcta. '
Los tres hermanos, asustados y llorosos, decidieron salir adelante, y aceptaron la oferta.
' Bien pues, tú, ' S ', perderás el sentido relacionado con el sonido, no podrás volver a oír el sonido del agua que cae por una cascada, ni si quiera la voz de tus propios hermanos, a partir de ahora, serás sordo.
Ahora, tú ' C ', perderás el sentido relacionado con la belleza externa al cuerpo, no volverás a ver montañas ni árboles, ni si quiera a tus propios hermanos, a partir de ahora, serás ciego.
Y por último, tú ' M ', perderás el sentido relacionado con las palabras, no podrás volver a pronunciar las palabras de los juegos, ni si quiera podrás hablar con tus hermanos, a partir de ahora, serás mudo. '
Estos aceptaron sin rechistar, y cada uno sufrió el castigo otorgado.
' Ahora, yo cumpliré la parte del trato, vuestra amiga no morirá, y a cambio, le daré el poder de tener un hijo, pero este no será un hijo normal como los demás, tendrá los cinco sentidos, pero le daré el mayor dón jamás otorgado en la humanidad... le quitaré la maldad que podría expandirse por su cuerpo. Ahora, jóvenes valientes, marchad. '.
Aparecen en la plaza, tumbados, casi inconscientes, pero se levantan. Los vecinos van corriendo a por ellos, y observan que a cada uno de ellos, les faltaba un sentido, entonces, ' C ' les dice:
' Hemos arreglado el problema, nuestra ' mamá ' vivirá, y podrá tener un hijo sin maldad, pero a cambio, nos han quitado uno de nuestros sentidos, estamos felices, porque ahora seremos dependientes cada uno de nosotros de nosotros mismos y de que además, hemos salvado una vida, no queríamos volver a perder otra vida más importante para nosotros. '
Los vecinos emocionados, acomodan a los tres hermanos en sus casas, y los cuidarán hasta el final de los días.
Tras nueve meses, un nuevo habitante del pueblo ha nacido, se llama ' D ' es chico y no tiene la misma cara que los demás, hoy por hoy, se podría decir que ' D ' tiene el Síndrome de Down, el único capaz de quitar toda la maldad en una persona, dándole así, toda la máxima bondad.